Mediante técnicas de bioingeniería, los investigadores lograron que células madre pluripotenciales, esto es, capaces de generar la mayoría de los tejidos, se convirtieran en células de hígado y formaran una rudimentaria versión de esta glándula vital.
El trabajo también abre las puertas a la producción de medicamentos diseñados a medida para cada paciente.
Ron Weiss, director de este estudio, publicado en la revista Nature Communications, explica la posible trascendencia del avance: “Imaginad un paciente con problemas de hígado. Convertiríamos células de su piel en células madre y las programaríamos genéticamente para que acabaran formando un hígado destinado a un trasplante”.
Además, al tratarse de tejidos provenientes del propio organismo del enfermo, el problema del rechazo quedaría eliminado.
Este hallazgo también permitiría probar fármacos en tejidos humanos con más eficacia y seguridad. Ahora, los científicos van a investigar si pueden utilizar esta técnica para hacer crecer otros órganos bajo demanda. Su primer objetivo: el páncreas.